Por: Rogelio Segovia
Socio Director de THINK TALENT
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Hace unos días me compartieron un artículo de Esther Peñas (ethics, 2021) que llamó mi atención por su provocador título “Cuando la mediocridad es el triunfo”. De inmediato dejé lo que estaba haciendo y me puse a leer las reflexiones de Peñas acerca de la mediocridad, a la cual la autora presenta como la nueva pandemia que ha llegado hasta nosotros, la implacable ola de lo mediocre.
Y aunque el artículo habla de la mediocridad en ámbitos como el político y el cultural mi mente voló al ámbito laboral; específicamente a la némesis de la mediocridad: la meritocracia.
Ya en algún momento escribí para el periódico El Financiero (Soberbia meritocrática, 2021) acerca de los riesgos sociales y empresariales que la meritocracia puede llegar a representar cuando tan solo se centra en los logros y éxitos personales y económicos de las personas olvidando que no todos tienen igualdad de oportunidades, lo que puede llegar a crear en los empleados que triunfan gracias al mérito sentimientos de soberbia; y de ira y frustración en los perdedores. A ésto Michael Sandel (2020) lo ha llamado, “la tiranía del mérito”
Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. El problema cuando tratamos de evitar que se pisotee a las personas, de cerrar brechas de desigualdad y de crear ambientes de equidad donde todos puedan florecer, es que solemos descomponer las cosas. En lugar de restablecer el equilibrio, podemos terminar llevando el péndulo al otro extremo de su trayectoria: la mediocridad.
Pero antes de continuar, ¿existe la mediocridad en los ambientes laborales? La mediocridad existe no solo en los ambientes laborales, existe en todos los ambientes de la vida, existe en lo académico, político, jurídico, económico, mediático o cultural. En el mundo organizacional, la mediocridad se identifica (es un decir) a través de distintas herramientas de medición de desempeño. Quizá la más utilizada y consistente es el 9-Box, una herramienta que permite medir el desempeño y potencial de los empleados de una organización.
Pero si las empresas miden (o tratan de hacerlo) el desempeño y potencial de las personas para evitar colaboradores mediocres, ¿por qué estos siguen existiendo y no en un número menor? Porque resulta muy productiva.
—¿Resulta muy qué? —
Pro-duc-ti-va. La mediocridad de los empleados permite a determinados jefes brillar, ya que logran sobresalir más y suelen ser poco cuestionados, mantienen el control y consiguen que nada cambie. Vivimos en una época en la que pareciera que es más productivo (para ciertas personas y no para la organización, evidentemente) sustituir la meritocracia por la mediocracia a que se refiere Alain Deneault, filósofo y escritor, profesor de Sociología en la Universidad de Québec y autor del libro Mediocracia: cuando los mediocres toman el poder, (2020)
Así que ya sabes. Una muy buena manera de prosperar y mantenerte en una organización es… siendo mediocre. Para esto el filósofo Alain Deneault nos da la receta: “Hay que seguir el juego”, ya que los mediocres han tomado el poder. No esté orgulloso, no sea ingenioso ni dé muestras de soltura: puede parecer arrogante. No se apasione tanto: a la gente le da miedo. Y, lo más importante, evite las “buenas ideas”: muchas de ellas acaban en la trituradora. Esa mirada penetrante suya da miedo: abra más los ojos y relaje los labios. Sus reflexiones no solo han de ser endebles, además deben parecerlo. Cuando hable de sí mismo, asegúrese de que entendamos que no es usted gran cosa…solo así asegurará ocupar una posición relevante en el tablero.
Epílogo.- Somerset Maugham (1874) decía que «solo una persona mediocre está siempre en su mejor momento». Jamás triunfa, pero jamás fracasa. Y eso le permite, especialmente en épocas de crisis donde los errores tienen mayores consecuencias, ser valorada como alguien menos brillante, pero más controlable.
---𝚁𝚘𝚐𝚎𝚕𝚒𝚘 𝚂𝚎𝚐𝚘𝚟𝚒𝚊, 𝙳𝚘𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚎𝚗 𝙵𝚒𝚕𝚘𝚜𝚘𝚏í𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝙰𝚌𝚎𝚗𝚝𝚞𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚎𝚗 𝙴𝚜𝚝𝚞𝚍𝚒𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚞𝚕𝚝𝚞𝚛𝚊, 𝚎𝚜 𝚏𝚞𝚗𝚍𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗 𝙻𝚎𝚊𝚍𝚎𝚛, 𝚂𝚘𝚌𝚒𝚘-𝙳𝚒𝚛𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚃𝚑𝚒𝚗𝚔 𝚃𝚊𝚕𝚎𝚗𝚝, 𝙿𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙲á𝚝𝚎𝚍𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝙸𝚃𝙴𝚂𝙼 𝚢 𝙿𝚛𝚎𝚜𝚒𝚍𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝚘𝚖𝚒𝚜𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝚁𝚎𝚌𝚞𝚛𝚜𝚘𝚜 𝙷𝚞𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙲𝙾𝙿𝙰𝚁𝙼𝙴𝚇, 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚘 𝙻𝚎ó𝚗---
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